A veces notamos lo cruel que hemos sido sin saberlo. Llegamos a las vidas ajenas como Atila, pasamos sin pedir permiso, manejamos, abrazamos, herimos, atormentamos, hacemos reír y no dejamos crecer la hierba una vez hemos marchado. Y seguimos el rumbo con una leve sensación de que hay algo que dejamos atrás...
Hoy lo siento. Quizá... quizá haya una pequeña porción de mí, un resquicio que se siente triste por pasar por las vidas como un ciclón, dando y quitando a voluntad. Es una brecha chiquitita como un rasguño, apenas perceptible a ojo desnudo, pero que sigo sintiendo latente dentro de mí. Siento el mal que hice. En mi independencia olvido a veces que, cuando actúo a voluntad, también las cosas me son quitadas a mí. Y a veces parece que olvide el dolor que eso supone.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada