dilluns, de juliol 14, 2008

“Eso era ella: un pedazo aquí, un pedazo allá, una nota clavada en la pared del cerebro. Se afanaba en correr tambaleándose entre las paredes del metro y seguía la sucesión de las manecillas cortejando los relojes. Ella era la reina de cotejar realidades inventadas en su cabeza. Sólo de vez en cuando un dedo la tocaba, una letra, una nota y se sentía un poco humana, un poco menos inyectada en una vida analógica, un poco más viva al fin y al cabo.”