dimarts, de novembre 02, 2010

2.XI.10

 “¿Cómo te llamas?” Me preguntan a menudo. Yo siempre les respondo que me llamo Olvido.
“Olvido... que nombre más extraño” Suelen decir. Se que lo es. Olvido es un nombre muy triste, dicen; Olvido no es un nombre propio para una chica tan joven. Olvido es lo que viven aquellos que no quieren recordar, o aquellos que no recuerdan donde dejaron las gafas de ver de cerca. Olvido no es apropiado. Olvido no es una palabra que llame a un gran porvenir, no augura un futuro de luces.

Pero la cuestión es que yo soy precisamente eso, el olvido.

El olvido llama a las sombras. El olvido es peor que la nada, es la ausencia de aquello que quieres recordar. Pesa casi más que el recuerdo, es como un elefante inmenso que te arrastra a lo desconocido. Se olvidan cosas en el día a día, por descuido o por voluntad, aunque casi siempre se olvida de forma premeditada. El olvido solo es una tapadera de las cosas desagradables, lo que tapa la basura de lo vivido, el callejón sin fondo de la memoria. Es una caja de cartón llena de papeles polvorientos, dejada a su suerte en algún desván. 

Lo único que se, la única certeza que tengo es que me llamo Olvido y no tengo memoria. Y este conocimiento, el único conocimiento que tengo, me pesa más que toda una vida a cuestas.

De Me llamo Olvido. Mesa uno.
Fragmento del NaNo de hoy. 


 

1 comentari:

Nelly ha dit...

Oblit. No oblidis el què t'ha mogut a escriure això. Bull a cada paraula. M'encanta!